Normas básicas a la hora de regalar.

Hay ciertas normas básicas a la hora de regalar a alguien que debe intentar cumplirse para que el regalo cause sensación y sea un inolvidable, pero no "¿cómo se te ocurrió regalarme aquello?", sino un verdadero éxito.

Imagen cortesía de Stuart Miles / FreeDigitalPhoto.net

La norma más básica. Nunca, nunca, nunca se debe preguntar "¿Qué quieres que te regale?". Como poco, demuestra falta de interés.. Suena a "como no te escucho, y/o no te conozco, te tengo que preguntar".. Quizá el que lo dice, esté pensando "así acierto y luego no me dice qué cómo se me ocurrió!", pero es un error.. Si realmente no sabes qué le va a gustar, porque conozcas a la otra persona hace poco, porque se te haya olvidado y te hayas quedado sin tiempo, o por lo que sea, tantea el terreno con pequeñas preguntas que puedan pasar desapercibidas, y luego decide. Por ejemplo si estás pensando en regalar ropa, saca el tema diciendo que tienes que comprarte tu algo (se te han roto unos pantalones o te estás quedando sin ropa interior), dí que cuándo puede ir a comprar, y en medio de la conversación, pregunta si necesita algo... y luego, no vayas de compras.. pero no le preguntes directamente y sin venir a cuento "¿necesitas ropa?". Sería toda una declaración de intenciones, y arruinaría cualquier sorpresa que quieras dar.

La segunda norma sería "no pienses en tí, en si a tí te gustaría o no". Aunque tengáis gustos parecidos, siempre tienes que pensar en la otra persona. Aunque parece una obviedad, a veces se nos olvida..Un buen regalo a veces puede llevar asociado un pequeño sacrificio.. Por ejemplo, compras dos noches en un hotel de playa que te ha encantado,  pensando en que va a servir para relajaros.. pero odia la playa y le habría encantado un spa en la montaña, o ir a esquiar.. Igual no te encanta esquiar, pero ese sacrificio le da mucho más valor al regalo, porque demuestra interés.

Como tercera norma, intenta no regalar nada que esté relacionado con una tarea incómoda... Aunque se haya roto la plancha, y diga que no le importa planchar porque le relaja... No regales una plancha! Por supuesto, el ejemplo es extensible a cualquier tarea doméstica... Aunque aquí sí existe una excepción.. que realmente sea una afición que le gusta... por ejemplo, la cocina. Si realmente (recalco: realmente) le gusta cocinar, y lo hace por hobbie, entonces puedes comprar algo que le ayude (libros de recetas?), le haga falta (algún instrumento), o algo que no se compraría esa persona por sí misma. Pero si implica un "trabajo" (cocinar, limpiar, electricidad, fontanería..), yo lo dejaría como último recurso!