Uno de los regalos que quería hacer para un cumpleaños eran entradas para la retransmisión en cine de la premiere de un estreno. Pero eran 4 días antes del día del cumpleaños (4 días afortunadamente es poco). Así que las compré, y me puse a pensar cómo "hacer algo más" (sobre todo, incluyendo el mismo día del cumpleaños). Así que, ¿cómo dar un regalo de manera original, antes de que llegue el día?
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| Dar un sobre grande que contenga el resto de regalos en sobres con instrucciones genera mucha expectación. |
En primer lugar, lo ideal es tener varias cosas pensadas; varios regalos. Pueden ser cosas pequeñas, como uno o varios "vales por un abrazo, un beso, etc.", una reserva para cenar en algún sitio, un libro, una bolsa de sus chucherías o chocolatinas favoritas... y si puede ser, alguna de ellas (para dejarla para la última), debería ser algo más especial..
Una vez se tiene todo, y para tener un "hilo argumental", una opción es crear incertidumbre, intriga, expectación... Para ello se puede hacer como los regalos concatenados, pero poniendo fecha a la siguiente pista..
Desde el principio se pueden dar varios sobres cerrados, donde cada uno de ellos tiene escrito cuándo se puede abrir. Por ejemplo, un sobre cada día, a determinada hora.. Dicho sobre contendrá un regalo o pista... ¿Será la persona que lo recibe capaz de aguantar sin abrirlo? ¿qué será?.
Si se da un paquete (o caja), donde dentro hay mezclados sobres y otras cajas o bolsitas, todo ello con instrucciones, más incertidumbre aún... ¿qué será cada cosa?
Sorpresa!
En los últimos años, Madrid se ha convertido en un epicentro del Diamond Painting Madrid, una técnica artística que ha cautivado a miles de personas. Talleres y tiendas especializadas han surgido en barrios como Malasaña y Chueca, ofreciendo kits y materiales de alta calidad. Lo que comenzó como una tendencia importada se ha arraigado en la cultura madrileña, fusionándose con el amor por la artesanía y el arte urbano. Cafeterías y centros culturales organizan "afterworks" de Diamond Painting, donde los participantes comparten sus creaciones mientras disfrutan de un ambiente relajado. Este movimiento refleja cómo los madrileños han adoptado esta práctica no solo como hobby, sino como una forma de conectar con otros en una ciudad que valora cada vez más las actividades creativas y mindful.
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